Augusto Rojas Gasco
Surgiste de la bruma del tiempo
cuando todo era informe e indefinido
cuando los rayos desataban su furia
el fuego gritaba incontrolable
y los diluvios humedecían la tierra
preparada ya para germinar tu vida
Fue necesario al principio que el mar aplacara
la rabia que azotó tu cuerpo
convirtiéndote en un acuario mágico
con algas prehistóricas, con criaturas monstruosas
Después emergiste como duna y médano
como maíz solar; como pallar germinado
por el viento, el fuego, el agua y los siglos.
Y de tu vientre brotaron los hombres
como esporas ávidas de re-crear todo
entonces la arcilla cobró vida
los ídolos desafiaron al viento
y los tumis penetraron en el enigma
insondable de los nervios.
Fuiste creciendo con el Cosmos
proclamando a los puntos cardinales
tu filiación de cuna de la patria y el sol.
Pronto la Tierra entera conoció
la historia de tus hijos derrotando al opresor,
defendiendo con su sangre tu grave nombre de puño y polen,
penetrando en la estructura entrañable del ser,
ordenando la relación de los hombres;
instrumentando con la palabra y los elementos del tiempo
una poesía que canta tu ser de leyenda.
Ica telúrica
huarango clavado en la arena
cósmica pampa de huellas digitales
uva voluptuosa rota de sed
furiosa paraca de ídolo ciego
Huacachina de amor
incendio del cielo
licor extasiado
puño de arena y polen
alfarera de la historia
limo vital
algodón del alba
huaco plantado en el tiempo
pallar germinado
sideral criatura;
leyenda y hechizo:
de la muerte del huarango
del nacimiento de la uva.
De su poemario «Rompiendo el silencio»
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