jueves, 30 de octubre de 2008

INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA



MARTÍN ADÁN EN LAS CALLES DE LIMA

Danilo Sánchez Lihón


1.

Yote encontré atribulado y ausente Martín Adánen ese bar de Azángaro, en el sin sabor antiguo del no morir, como del vacío absoluto.

Ausculté tu adolorido corazón y tus anotaciones en esa libreta vacilante que guardabas en el sobaco.

Estuve delante tuyo mirándote cuando calzabasal revés tus zapatos. Destornillé pacientemente tu asombro,y asomé por las escaleras empinadas de tus sentidosa ver volar en tus sienes lo vago, terrible,y deshecho.

¡Tus barbas, tu embriaguez y embeleso crecíanesos días hacia el espanto sin límites!

2.

La rosapara ti era lo concreto del absoluto aquítangible; soporte firme del infinito.Su corolala puerta de entrada y la otra tambiénde salida.La única orilla por la cual lo inmortalse abría.

Era, si acaso sirviera decírtelo, la nave en callada en tu alma y en tus ojos. Porque aquella que sólo tú has cantado, no es la flor sino la esencia del ser,más lejos que la genealogía, más allá de la forma y la cosa nacida y de la otra por nacer.

Pero la rosa igual como nosotros además de existencia es grito y espanto. Es síntesis de belleza de todo lo creado y dejado de crear. ¡Y esto último sí te dolía muy dentro en el alma como a mí tu derrumbamiento,porque la rosa brota aquí y allá. ¡Y hay rosas del pantano. ¡Pero no nace así no más un poeta estupefacto!

3.

Tú presentiste la ruta del halcón y el arcoiris de donde yo venía. Pero sólote importaba la frágil barquichuela de la rosa.

Eso sí,rosa de la totalidad, de lo íntimo y absorto,del elevarse, hundirse y a la vez naufragar.

Barca para ti sin ancla,ni línea de flotación para salvarse. Nave en callada,en quien lo hondo del movimiento es estarsesuspendida; en quien lo fugazes la perennidad.

Era lo que te estaba prometido,el tema asignado que te esperaba desde la eternidad. Y aquello que te había de matar:la espera en el camino, la ávida mitad de tu otra mitad.

4.

Perdido y huyendo de ti mismo en la memoria más remota,metido en ese desastroso gabán que uníaslas solapas con un imperdible barato y abusivo.
Absorto en la destrucción más límpida, extasiado en tu tranquila agonía, en esa playa amarilla donde es inevitableser lúcido, y mucho más con tu tremendo desparpajo.

Así anduvimos por bares y guariques de Lince,con tus ojos desorbitados de inevitable felino,abiertos irreparablemente a ver rodar el mundo.

Tú y yo arrojados al vacío sin compasión ni asidero;lanzados a un río pardo, hosco y mísero.¡Viejo con tus setenta y seis años gloriosos y deplorables!


5.

Descendíasesos días al eslabón perdido del lenguaje animal y de la palabra humana.

Al signo exacto del vocablo inserto en su lado inverso. A la unión gutural del pálpito en la raíz griega y latina.

Y entrabas ahí por ser gato que trasnocha,por tu manera de mirar las cosas,al revés,desde dentro y en forma convexa.

Entonces me reí de tu genialidad, como igual lo hice de tu idea de casa que tenía que ser para ti un hospital de locos. No aquella de la percha,la aldaba tras la puerta, con el perro que olisca y ladra moviéndonos el rabo.

6.

Tus cabellos van revueltos desde el pleistoceno del universo,encima del exorcismo de tus ojos sin dormir.

Enfundado en esa capota gris que aún no sabe que a quien abriga es nada menos que a Martín Adán, adoptado así por mono y primer hombre, pero más por cruel y maltratado enemigo de sí mismo.

¡Aunque fue gracias al excesode experiencias arribar a las ideas puras. Y sólo quienes traspasaron el delirio pudieron acceder, hacer girar sus ojos,y sumergirse como tú en la utopía!

Pero tu derrota no fue solo la de tu clase social,ni tú absurdo y renegado aristócrata,con fincas y propiedades en el centro de Lima.

Aquí estás pagando una cerveza, con billetes de quinientos, soles, recién impresos por el Banco de la Reserva,totalmente sospechosos para el mozo que ausculta y rompe ante de tus barbas decrépitasy malolientes.

7.

Yo no sé si tu salvación o tu derrota también sean estas calles que ávidamente recorremos como sueños a pie en esta ciudad sumergida,hasta llegar al bordede lo real que en verdad es un espejismo.

¡Al oasis que el sediento figura y que solo en uno mismoo es engaño o bien existe. Por que uno es a la vez la expectativa, la mirada y el madero que flota, uno la eternidad y la nuez que rebota,uno el paisaje y el ojo que lo descifra,uno el sentido y la palabra que lo recoge.
¡Uno quien mata. Y el mismo quien resarce, perdona y resucita!

8.

¡Qué pocoo nada contenía este mundo para ti!

Ni cruz que se erija ni lanza que atraviese,ni pardo ataúd, ni esposa llorosa.Ni el fingir ni el despertar.

Ni el homicida que se refugia, ni el niño de hambre que fenece. Sólo la eternidadque es abismo y es piedra. Y sobre todo oído.Mudo misterio y atroz soledad.

Dondesucumbió espacio y tiempo,no hay sendero para el pie, ¡y donde todo es arbitrario e incierto!

9.

Viejo de caída violenta y de paradaestática,viendo sin ver: el mar sin flujo,la vela sin viento, en su inmutabilidad.

Túcon el blanco del ojo penetrando en el vacío, en lo intrincadode cada latido.

En la playa arisca y su avestruz intacta,con la uña en la pata y la pestaña en la pupila.

10.

Y así amanecimos ojerosos y absortosen el mercado de Chorrillos,leyéndote yo jubiloso un libro de mitos andinos,abrazado a mi tierra, para luego beber y fumar en la clara mañana de verano.

Y después morir ya solos a quíen el ataúd de una página irremediablemente amortajada,llena de nostalgia, pero más aún:de asombro y de admiración sin límites viejo querido.


INSTITUTO DEL LIBRO Y LA LECTURA

LA PERLA DONDE YO VIVO

PLAN LECTORPLIEGOSDE LECTURA

Danilo Sánchez Lihón

1. Nunca hubo mejor relación entre la realidad y la metáfora de su nombre

La primera vez que la conocí no podía vivir sino dentro de su nombre. Era imposible olvidar que era La Perla. ¿Por qué?
Porque su nombre coincide con todo lo que es. Porque su nombre está en la luz que la ilumina, en la iridiscencia de la niebla que la envuelve, en el reflejo del sol en las cosas donde se posa, o en el dinamismo y en la quietud que la pueblan.
Como en el resplandor del aire que la envuelve, sea en las mañanas, las tardes o las noches. Sobre todo en los amaneceres. Tanto así que nunca he sentido mayor relación entre la realidad que la integra y la metáfora que contiene su nombre: La Perla.
También por el aire, el cielo, la tierra y el mar que la hacen y la contienen. Por el aura de los acantilados vista desde lejos del litoral, donde todo canta, entona e indica su nombre. Es la Perla de los mares del sur, cuyo nombre coincide con sus éxtasis, sus encantos y arrobamientos.
Y es que aquello que define a La Perla son los acantilados cuyo tamaño o altura va descendiendo desde unos treinta metros sobre el nivel del mar, en La Perla Alta, hasta casi estar al ras de tierra en La Perla Baja.
Este descenso visto en lontananza, o desde la orilla desde donde se divisa cómo el borde terráqueo hace una curva que produce la ilusión de unir el continente con la isla San Lorenzo, hace de este un paisaje sublime, onírico y de hermosura sin par.


2. Como si yo estuviera aquí

Eran dos jóvenes del señorío de Maranga que poblaron estas tierras hace miles de años quienes la dieron nombre:
Rielaba la luz en las aguas del mar al atardecer cuando ella, sabiendo que era irremediable su partida y su adiós hacia aquella región de donde no se puede volver, le dijo:
– Mira el mar.– Prefiero mirarte a ti– Aprende a mírame a mí en la estela de luz que hace el sol en el mar.– Parecen lágrimas. En verdad son lágrimas. Son mis lagrimas por perderte.– Y también las mías por tener que dejarte.– Es un collar de lágrimas. Y de perlas. – Si. Y yo te pido por nuestro amor que has de venir aquí cada tarde y has de mirarlas como si yo estuviera contigo.– Pero tú no estarás y yo no podré vivir sin ti.– Me tendrás. Y mira lo que te traje para que me recuerdes.– ¡Una perla!– Y con ese nombre has de llamar por siempre a este lugar.
3. Alzándose a volar
Y con el nombre de ese lugar surgió La Perla, una ciudad en la costa del Océano Pacífico de Lima que se empina y luego levemente se inclina, se arrodilla y se sume en el mar, porque baja desde los acantilados de La Perla Alta hacia La Perla Baja donde las olas son más altas que el quicio de las puertas y el mar encrespado de blanco pareciera salirse y echarse a jugar con los niños por las bocacalles.
Forma una ensenada con el rosario de luces que parpadean al atardecer desde el Morro Solar de Chorrillos, pasando por Barranco, Miraflores, Magdalena y el viejo San Miguel.
En medio de ese rosario está La Perla. Para quienes la miran desde lejos sumida en su propio éxtasis. Y que junta, extendiendo los brazos, al distrito de la Punta que rebrilla en la lejanía haciendo un abrazo entrañable y profundo que emerge de la tierra y se interna en lo etéreo.
Tengo abiertas las ventanas por donde todos los aromas de las flores que estallan en el jardín ingresan despiertas o dormidas. Los ruidos más lejanos de los barcos que se van y de otros que arriban a la rada del puerto del Callao.
Otro tanto hace el viento y los niños que juegan en el parque. Tal vez tus ojos absortos hayan podido posarse alguna vez en el gesto de ave o paloma alzándose a volar que tiene este litoral y estos acantilados. Y la vasta extensión de casas recostadas suavemente unas al lado de otras.


4. impalpable entre la brisa del mar
los ventarrones de la cordillera

Los primeros pobladores de La Perla, hace más de cinco mil años, eran collas, pertenecientes a la cultura aimara ubicados allá arriba en el techo del mundo, a más de cuatro mil metros sobre el nivel del mar, en la meseta del Collao, al borde del lago Titicaca. ¿Qué afinidad puede haber entre el zócalo del planeta y aquella elevación? Mucha. En el fondo perseguían a la misma diosa, la Mama Cocha.
Para quienes emigraron y se afincaron en lo que hoy es la Provincia Constitucional del Callao, el mar vasto, insondable e infinito era la “Madre agua” del lago sagrado, esencia de culto y adoración y razón suficiente para que aquí se quedaran.
Pero desde aquí hicieron partir varios siglos después uno de los ramales de los caminos del Inca del cual se han encontrado vestigios, lo que prueba que nunca olvidaron su origen y que hay impalpable entre la brisa suave y ululante del mar los ventarrones de la cordillera.


5. Culto al mar y a la luna
Por eso, además de rendirle devoción en los santuarios piramidales que se encontraban en la parte alta de los farallones se han hallado vestigios del culto que dedicaban a otra deidad: la luna.
Eran pescadores diligentes que utilizaban balsas de totora o caballitos de mar que hacían de las cañas que crecían en los humedales cercanos, ahora desaparecidos.

En la parte alta de los escalones abruptos al lado de las capillas estaban las viviendas de quienes además de la pesca se dedicaban a fabricar ollas, que intercambiaban con las poblaciones aledañas de la vera del río Chillón.
El sabio alemán Max Uhle determinó en 1906 que novecientos años a. de C. todavía corría paralelo a la orilla del mar, y bordeando el barranco, un río que denominó Callao.

En aquel lugar se encontraron enormes depósitos de conchas acumulas en sus orillas que guardaban vestigios de los collas de las alturas, más arriba de los cuales solo hay estrellas.
6. Verdaderos palacios

En 1915 la Provincia Constitucional todavía contaba con solo dos distritos: Callao y Bellavista. La Perla pertenecía a esta última jurisdicción.
Dos años después, en 1917, el ingeniero Héctor Boza se propone hacer aquí, en los terrenos sembrados de frutales de la hacienda Miramar y de los fundos de Chacra Alta frente a la ribera marina, una moderna urbanización.
Se realizan los primeros trabajos de suelo creándose vías carrozables y en 1920 los terrenos cercanos a los farallones se lotizaron como zona residencial. Se trazó una amplia avenida perpendicular al mar que se arborizó de cuatro filas de palmeras empinándose airosa y llegando al borde del océano. Su nombre nació indesligable de su fisonomía: Av. Las Palmeras, ahora denominada como Av. Santa Rosa.
Entonces empezaron a construirse las primeras casas, primero de personajes de de alta alcurnia, siendo el lugar donde se afincó la alta clase social de Lima; de profesionales encumbrados; muchas fincas fueron adquiridas por líderes destacados de la política nacional.

Pronto en la avenida que bordea el mar, denominada en aquel entonces Av. Progreso y hoy Costanera, y en la perpendicular de Miramar, se alzaron construcciones que eran verdaderos palacios pertenecientes a ilustres personajes de la sociedad de ese entonces.
Después vendría el pueblo fidedigno, esforzado y generoso, aquel que da autenticidad y belleza verdadera y visión de futuro a las cosas que toca y que hace.
7. Despacho presidencial

En nota de la revista “Mundial” del año 1924 se lee lo siguiente:
“...El milagro de una ciudad que se levanta como un encanto a orilla del mar, en la parte baja del distrito de Bellavista. Son apenas unos cuantos metros, unos cuantos kilómetros siguiendo la Av. El Progreso las que hay que recorrer, y ya estamos en la zona del nuevo balneario, en donde en tres escasos meses se ha realizado la transformación de un terreno irregular en modernísima y pintoresca ciudad...”
Diversos presidentes de la Republica acostumbran alojarse y veranear en estas costas. Y con ellos se instalaba aquí todo el boato, la vocinglería y el alboroto. Entre quienes fueron asiduos concurrentes se cuenta al más ufano, ostentoso y emperifollado de los presidentes que hayamos tenido, el general Oscar R. Benavides.
Esto dio lugar a que el ing. Boza inmediatamente construya una casa aparente para toda la parafernalia estatal que la dona al presidente Augusto B. Leguía, como Casa de Verano de los mandatarios de la nación aristocrática.
Dicha mansión fue despacho presidencial o casa de gobierno hasta en tiempos del envanecido Manuel Prado Ugarteche, quien fue el último en habitarla.
8. Algunos hechos relevantes

En los campos cercanos a la “Mar Brava”, en los alrededores del hoy Parque Guardia Chalaca se construyó el primer aeródromo del Perú.
Allí funcionaba también la Escuela de Aviación, donde el 1 de mayo de 1921 se graduó el legendario Elmer Faucett, adalid de la aviación nacional.
Sin embargo, la naturaleza de los vientos produjo allí varios accidentes.
En uno perecieron el comandante Baudiez y el teniente Chabrier, en el biplano “Coudrón” de la Marina de Guerra del Perú.
Otra lamentable tragedia se produjo en presencia del Ministro de Guerra y de altos jefes del ejército cuando en una demostración aérea y en el vuelo final el teniente Protzel pierde el control de su nave en el momento de aterrizar y se estrella perdiendo la vida.
Dejando estos sucesos cabe registrar que otro hecho relevante es que en la Av. Progreso que bordeaba el mar y la Av. La Paz se realizaba el Circuito Automovilístico más connotado de la época, cual era el Rally Presidente de la República.


9. San Martín de Porresy la Virgen de Guadalupe

Reconstruyendo la nomenclatura del lugar, existía a principios del siglo XX una laguna en lo que hoy es la Av. Víctor Raúl Haya de la Torre, antes 7 de enero, y más precisamente en la intersección con la Av. Venezuela, alimentada por el canal de riego de la Av. Maranga.
En ese lugar se tenía la afición de practicar el deporte de la pesca de especies de río y de camarones, apreciados por su exquisito sabor.
Alrededor de ella había establos y típicas casitas hechas de quincha, construcción típica de la costa del Perú.
En el trayecto de Lima al Callao y viceversa se divisaba este paradisíaco lugar y era un regalo para los ojos ver lo idílico sitio.
La laguna fue desecada, se hicieron acequias y en ese lugar se levanta hoy la moderna Municipalidad de La Perla.
Son patronos de este distrito San Martín de Porres, el santo limeño de la escoba, y la Virgen de Guadalupe, libertadora de España.


10. El héroe únicoe insuperable es el pueblo

En la zona de La Perla, frente al mar, hicieron trincheras y acamparon los legendarios batallones de voluntarios del Callao “Guardia Chalaca” y “Guardia Marina” que lucharon en la defensa de Lima el 15 del mes de enero del año 1881 en la heroica Guerra del Pacífico.
El historiador Raúl Porras Barrenechea define así el mensaje del pueblo chalaco en la historia del Perú:
“En él no surgen casi figuras caudillescas. Y es que la lección del Callao es la del esfuerzo colectivo y solidario de los grandes momentos de la nacionalidad, en los que el héroe único e insuperable es el pueblo, que en las horas de paz crea y transporta riqueza en la forja secular e incesante del trabajo, y en la del peligro monta su cañón invencible para rechazar la agresión extranjera o levanta, como una ola implacable, la montera libertadora o la barricada popular”.
11. De hermosura sin par ¡Oh Perla Baja y Alta,una gran ciudad.El ancho mar al frenteestá para ofrecertesu belleza y majestad.

Reza así una estrofa del himno de La Perla, compuesto por Anita Edery con motivo de la creación del nuevo distrito del Callao, creado el 22 de octubre del año 1964 durante el primer gobierno constitucional del Arq. Fernando Belaúnde Terry, mediante Ley 15185. el año 1975.
En La Perla vivió y murió el compositor chalaco Eduardo Márquez Talledo, autor de “Ventanita”, “Desconsuelo”, "Cómo podré olvidarte", "Alma de mi alma", “Pobre amor”, “Rosas de mi jardín”. Escribió y cantó “Evocación porteña”.
Su composición “Nube gris” fue cantada por Pedro Infante; fue tema de una película mejicana y años después lo interpretó en el piano Paul Mauriac.
A su muerte, en 1975 el alcalde de La Perla Eduardo del Portal emitió una resolución declarándolo “Hijo Predilecto de La Perla” que dice: “A la memoria del compositor fecundo y cantor de su terruño y de su nación”.
12. Luce en todo su esplendor

A la vera del mar de La Perla viven 70,000 personas.
A la vera del mar de La Perla se alza el tradicional Colegio Leoncio Prado donde estudian actualmente seis mil alumnos.
A la vera del mar de La Perla se alza la Casa Boza, hermosa joya arquitectónica que actualmente es un restaurante de lujo, ubicado en la novena cuadra del jirón Arica.
A la vera del mar de La Perla se alza como museo de sitio la Residencia de Verano del Presidente de la República que actualmente luce su arquitectura en todo su esplendor.
Cara al mar y apenas a cien metros de la ribera se levanta El Castillo de los Cuentos del Instituto del Libro y la Lectura del Perú, donde yo vivo y que recibe diariamente la visita de niños que vienen en excursión desde diversos puntos de Lima.
13. Esencia de poesía

La Perla es joya. Luce engarzada en un medallón. Es hacia donde pende un collar. Es lo que resalta en una en una diadema, en un arte, en una ajorca.
Perla es piedra preciosa. Y así es La Perla ciudad, distrito del Callao.
Es más central que la corona de un rey que existe para que la perla lo justifique, lo reluzca y ostente.
La Perla luce en el dedo de una novia cuando se va a casar.
En el pecho del guerrero cuando quiere investirse de valor.
Porque es joya, nació para brillar. Es lírica y es épica en todo.
En suma, perla es esencia de poesía.
14. Su aire es puro y su cielo es diáfano

Este es el lugar de los más estallantes y hermosos crepúsculos.
Con el mar bruñido desde los acantilados a sus pies.
Donde siempre hay un bote de un pescador solitario en la inmensidad del mar y del nadir.
Donde los delfines emergen fantásticos en la luz que refracta y bogan apacibles sobre la piel tersa de las aguas.
La luna se posa suavemente sobre el color celeste y el naranja de su cielo de alabastro en dirección del mar.
Es lugar ideal por ser apacible, por su brisa fresca y por sus atardeceres de asombro.
Es zona ecológica por lo saludable de su clima. Su aire es puro y su cielo es diáfano.


15. Balcón y refugio

Ciudad hermosa. Porque es abierta y es secreta.
Porque es como si todos la hubieran encontrado en su vida por primera vez.
Porque es balcón y es refugio.
Porque en ella hay encanto, misterio y arrojo.
Hay una brisa fresca, pura, con ligero sabor a sal.
De noche el rumor de los cantos rodados que vienen y van es un suave murmullo del vaivén de las olas.
Por aquí sobrevuelan enfiladas las gaviotas, estorninos y alcatraces en el abierto y majestuoso cielo azul.

HOMENAJE A GEORGETTE VALLEJO

PLAN LECTOR
PLIEGOS
DE LECTURA
– 11 DE OCTUBRE DE 1934, SE CASARON
– 4 DE OCTUBRE, 1952, ELLA LLEGA
A SANTIAGO DE CHUCO

– VIERNES 10 DE OCTUBRE DE 2008
SE PRESENTÓ EL LIBRO
“GEORGETTE VALLEJO
AL FIN DE LA BATALLA”
DE MIGUEL PACHAS ALMEYDA

Danilo Sánchez Lihón
1. Si te hubiera perdido
Georgette escribió estos versos sublimes y absolutos dedicados a César Vallejo que ya quisiéramos que alguna mujer lo diga y lo cumpla en relación a nosotros alguna vez –no importa si ella sea la más humilde y desasida, instruida o no, leída o analfabeta; no importa su edad, ni su estatus ni su condición– pero a ti varón, o a mí, o a todos nosotros nos enaltecería para siempre si alguna mujer nos dijera:
Tú no sabescómo te hubiera llamadosi te hubiera perdido
Esto le dice Georgette a Vallejo décadas después que él había muerto, en estado confidente, en solitario, abandonada en él.
Quiere decir que nunca lo perdió, pese a que él murió cuando él tenía treinta años y era una mujer hermosa. Pero lo importante no es decirlo sino cumplirlo y ella lo cumplió. Fue yendo y volviendo de eternidad en eternidad.
¿O lo perdió en un instante siquiera para saber el vacío y la desolación que se siente, para recuperarlo pronto y para siempre? Di. ¿Qué piensas?


2. Solo una mujer fiel y consagrada lo alcanza a cumplir


El 3 de abril del año 1970 los restos del poeta César Vallejo eran trasladados del cementerio Montrouge al cementerio de Montparnasse.
Era obra de Georgette quien compró la nueva tumba e hizo trasladar los restos allí. Ella no estuvo presente. Encargó a la Embajada del Perú que lo hiciera porque no le alcanzó el dinero para viajar.
Así le dio gusto a su esposo después de muerto. Hizo calladamente lo que solo un amor hondo es capaz de realizar. Hizo extraer sus restos de la tumba familiar, donde reposaba al lado de su madre, y los enterró en donde él quería descansar, en Montparnasse.
La distancia entre uno y otro cementerio es corta. Lo distante y a veces imposible de vencer son los trámites. Es obra fatigosa donde cada instancia resulta difícil y engorrosa, en la cual la mayoría de veces se desiste.
Solo una mujer fiel y consagrada, quien asume la causa del hombre a quien ama, lo puede alcanzar a cumplir, como fue ella.
Porque hay que tener un temple de hierro, total y absoluto para persistir y continuar. La mayoría de mujeres de los célebres se dedican más bien a gozar de las prebendas y de los méritos de sus esposos muertos.
Un dato complementario a este es que la tumba vacía de Montrouge ha sido adquirida por el Instituto de Estudios Vallejianos con sede en París, a fin de conservarla haciendo allí un cenotafio en memoria del poeta.


3. El primer y único hijo que alcanzó a tener

Georgette dejó sellada la tumba de César Vallejo –como esposa legítima que era, pues se casaron el 11 de octubre del año de 1934 en la Alcaldía del Distrito 15 de París– de tal modo que nunca sea posible abrirla sin su consentimiento.
De ese modo, al morir ella, se esfumaba y caía en un pozo ciego y abismal la única llave que hubiera hecho posible abrir ese catafalco. Ya no solo el retorno a su tierra sino que ni siquiera ya es dable trasladar el hueso húmero de Vallejo al Perú y a Santiago de Chuco, como es propuesta y deseo de quienes anhelan el retorno siquiera de manera representativa a su tierra natal.
Ella adquirió a perpetuidad la tumba de Montparnasse e hizo trasladar allí los restos mortuorios del poeta –en el lugar que él le indicara que quería descansar algún día, y donde reposan los célebres e inmortales de Francia– para lo cual ahorró moneda tras moneda y sin pedir ayuda a nadie.


4. toda mujer eternamente mece un niño

Pero dejó estipulada una cláusula en el contrato, que de acuerdo a las leyes de Francia es inalienable.

La cláusula es que nadie sin su consentimiento puede abrir la referida tumba y que de acuerdo al régimen de propiedad privada de dicho país es definitiva: nadie sino ella puede determinar que se abra aquella tumba.

De ese modo lo hizo suyo para siempre, actitud uterina de mujer, quizá haciéndolo el primer y único hijo que alcanzó a tener.
Sobre su lápida mandó grabar parte de este epitafio que escribió para él:
Tú mi vidatú mi desgraciatoda mujer eternamentemece un niñoNevé tanto para que tú duermaslloré tanto para desvanecer tu ataúd
Sin embargo, ella deseó ser enterrada en el Perú, como última e inquebrantable voluntad, como expiación por haberse opuesto de modo tenaz e irrevocable a la repatriación de los restos mortales de César Vallejo a su tierra natal.


5. las tumbas se superponen, una sobre otra

Es cierto que ella adquirió una tumba para sí misma en el mismo cementerio de Montparnasse, junto a su esposo.
Esto lo afirmo recién, pese a haber tenido en mis manos mucho antes esta información, pero a la cual no le daba crédito puesto que las varias veces que visité esa tumba yo mismo corregía aquel dato diciendo:
¡Pero no hay ningún lugar reservado al lado del sepulcro de César Vallejo.
Sin embargo, ahora, en la visita que hiciéramos varios integrantes del grupo Capulí, Vallejo y su Tierra, en agosto del año 2008, corroboro que es cierto.
Lo comprobé al visitar la sepultura de Charles Baudelaire, a corta distancia de la tumba de César Vallejo en el mismo cementerio, donde me di cuenta que los túmulos se superponen bajo tierra, es decir que un catafalco está sobre otro.
Tal ocurre en en el lugar en donde reposan los restos del poeta de "Las flores del mal" en donde los letreros indican que hay varias personas enterradas allí, entre ellas la madre de aquel poeta alineados los nichos bajo tierra se superponen en sentido vertical, unos sobre otros.
Es entonces cierto que ella compró un espacio cerca de él, o más arriba o más abajo.


6. Tu frente llena de sollozos en mi regazo seco

Sin embargo, al morir no gestionó ser enterrada al lado de César Vallejo. No hizo nada para que ello se cumpliera. Pese al amor sublime, más allá de la vida y la muerte, que traspone y alcanza la eternidad, y que ella le tuvo y le deparó a él.
Amor que sobre todo lo probó con su vida, sus pasos y su ejemplo. No tomó ninguna iniciativa por reunirse con él en este mundo recostándose al lado suyo en su sepulcro.
Pese a quienes la zahirieron y le reprocharon un querer aprovechar la memoria de su esposo y colocarse muy cerca de él. Se quedó aquí en el cementerio Jardines de la Paz, de La Planicie, en la Capilla 2, Letra C, Fila 4, Nicho 36, Planta B.
¡Sin embargo, aquel lugar en su tumba al lado suyo, en Montparnasse, le corresponde! Y será por siempre un vacío metafísico, doloroso y esperanzado como fueron los pasos de ambos en esta tierra, pero inseparablemente juntos, aunque ahora desunidos en los espacios que nos otorga la muerte para hacer reposar nuestros huesos en esta superficie.
Pero ella hizo más profunda su posesión de tal modo que lo porta en el útero simbólico de lo que es su tierra de origen, su cultura y su gente, siendo él el primer y único hijo que ella tuviera.


7. Que ella compartiera junto a él el camposanto

¡Sin embargo, aquel lugar en su tumba al lado de él le pertenece sobre manera!, no solo porque lo adquiriera, tampoco solo por ser la esposa que fue, sino por lo mujer eterna consagrada a él en la vida y en la muerte!
Sin embargo, no ocupan ambos el lugar que la lógica indicaría correctos: él en su tierra y ella quizás en Francia. Los roles se han invertido.

Ella no hizo nada para prevenir aquello. Y al contrario deshizo en este planeta, pese a su amor sublime, el volver a estar enlazados siquiera de ese modo. ¿Por qué?
Quizá queriendo decirnos con ello que hay pendiente el tema de cambiar el mundo de manera radical.
No movió un milímetro para que este hecho absurdo no lo fuera. En tal sentido, aquella a quien se le acusó de apropiarse de Vallejo, dejó la lección de que sabía renunciar cuando a lo santo está queriendo asediar lo profano y superfluo.


8. Interminablemente escucharé tu sueño

Ello porque nada más natural y legítimo que ella compartiera junto a él el camposanto que adquirió con sacrificio supremo. Si en algún momento se le ocurrió esta idea después la descartó de plano y por completo. ¿No hay en esto un hondo sufrimiento oculto?

Pero sí dejó escritos estos versos que solamente se pueden escribir con la matriz hecha gemidos:
he corrido tantoy ya nada existeUn día cuando haga mucho calorcomo un cascabel rotoiré a sentarme en tu tumbaCon la cabeza apoyada en tu muerteinterminablemente escucharé tu sueñotu frente llena de sollozos en mi regazo seco.


9. Le sangraban las rodillas

Estamos en deuda con Georgette, porque ella ha sido responsable, escrupulosa y reverente, en primer lugar con respecto a la obra del autor de los Poemas humanos.
Cuidó de los originales prolijamente, veló por ellos y los resguardó en un momento y en circunstancias difíciles y riesgosas como la Segunda Guerra Mundial en Europa.
París, donde ella vivía era bombardeada constantemente, las casas eran allanadas y las personas detenidas en las calles desaparecían, situación en la cual no había nada seguro, ni siquiera la vida de las personas. En estas circunstancias ella cargó con las obras cosidas a su pecho.
Nada había seguro en aquel tiempo. Quizá se hubiera pensado que un lugar propicio hubiera sido la sede de una legación de un país extranjero no involucrado en la guerra. Hasta allí se dirigió ella con la obra de su esposo y lo entregó a algún funcionario creyendo ingenuamente haberla puesto a buen recaudo.


10. Lo que ella hizo es extraordinario y supremo

A los pocos días regresó a ese mismo lugar. Estaba desierto. Miró por la ventana y vio papeles regados por uno y otro sitio junto a los muebles y otros trastos dejados en el apuro de una huida.
Entró como pudo y vio con horror en los ojos que esos papeles eran los escritos únicos de César Vallejo. Eran los inéditos, que ella había dejado en la legación.
Cuenta que estuvo muchas horas y de rodillas juntando y reconociendo cada original. Le sangraban las rodillas de estarse agachada recogiendo hoja por hoja y separando los papeles esparcidos por el piso de aquel local que había sido allanado.
Tenemos, por eso, una deuda con Georgette.
Portando aquellos escritos ella pudo ser intervenida, torturada y finalmente desaparecida.
Nadie le habría creído en esa circunstancia que defendía la obra genial de un poeta que había muerto, cuando todos se preocupaban cómo agenciarse un mendrugo para comer.
Era en ese contexto y aquellos días que ella cuidaba la obra de César Vallejo que ahora nos asombra y llena de orgullo.¿La actitud que desarrolló es la común y corriente? No, al contrario. Lo que ella hizo es extraordinario y supremo.
Porque, ¿qué es lo que hace una mujer joven y bonita después que ha enviudado? Piensa, de manera práctica, en rehacer su vida, si es posible asegurándola de un modo mucho más solvente en el plano económico.


11. Dio su vida, su emoción, sus entrañas

El amor de Georgette por César Vallejo es amor sublime que rompe todos los esquemas, parámetros y supera a la muerte.
Cuenta Manuel Chávez, a quien entrevista Ernesto More, que Georgette aprendió a bailar bien la marinera para complacer a César Vallejo, tanto que Manuel a ella la llamaba cariñosamente “La chola Georgette”.
Vallejo escribe para ella “Palma y guitarra”.
Cuenta aquel amigo también que las únicas veces que se separaban ambos, que andaban siempre cogidos de la mano, era cuando había en el grupo una dama que podía acompañar a Georgette, yendo entonces ambas adelante. Era la ocasión en que él con algún amigo iban a cierta distancia y así se permitía César Vallejo en “echar una ojeadita a las muchachas bonitas que pasaban”.
Georgette Philippart dio todo por Vallejo: su vida, su emoción, sus entrañas.
En aras de ello dejó su país, se despojó de su patrimonio, dejó familia y se enfrentó indefensa la especie humana en el campo intelectual feroz e implacable.


12. Quisiera que mis ojos llenos de lágrimas

Y finalmente lo siguió más allá de la muerte.
Mucho hay que valorar en la pareja César y Georgette Vallejo. La relación honda, total y sublime que solo un genio como él podía haberla inspirado.
Es un amor que se sitúa a mucha distancia en relación con los amores terrenos, mundanos, comunes y corrientes y que sin embargo se exaltan y hasta se erigen como ideales.
Este amor rompe diferencias y se proyecta al infinito.
Sobrevivió en carne y hueso 46 años de vida terrena después de la muerte de Vallejo.
Sin embargo, ha sido incomprendido, vilipendiado y zaherido, por los envidiosos, malos poetas y simios grotescos.
– Quisiera que mis ojos llenos de lágrimastomaran todo tu rostrocasi para mecertepero yo no tengo el remedio aquí abajoni siquiera para ti a quien adoro.

13. Pena de no volver a verte nunca


No por ello deja de ser amor sublime.
No por bello, ni hermoso, ni henchido de halagos, porque al contrario: fue un amor lleno de amarguras, privaciones y desencanto:
Amigo mío, esposo mío, aquí está la primavera.Dónde están nuestros hijostú y yoque solo supimos hacerlo mal.Adiós amor míoya nunca más nos veremos en la aurora.
A la vez de amplitud y yugo. A la vez de libertad y atadura. A la vez de separación y fusión total, hasta la eternidad.
Dice ella:
– Oh la extraña penade no volver a verte nunca.

14. Digno de encomio, gratitud y hasta de reverencia

Georgette y César Vallejo tuvieron una vida muy dura, llena de privaciones y amarguras; de humillaciones inferidas por sus propios amigos –o que después se llamaron así– a fin de tener un mendrugo qué comer.
Al morir él pudo decir entonces:
– ¡Basta de idealismos! ¡Ya está bien de romanticismo. Ya pagué mi cuota. Ya destiné nueve años a la causa de la revolución mundial, al lado de uno de los hombres más quijotescos de todos los tiempos.
Pero no. Consagró los 46 años posteriores a lo mismo, hasta el día de su muerte a ahondar y hacer más grande ese idealismo.
Los dedicó a consagrarse en esa lucha y ese sacrificio, defendiendo la obra de su esposo, identificándose con el Perú y su destino.
Abrazó la causa de los pobres y de la justicia social, hasta probar la resaca de todo lo sufrido y las caídas hondas de los cristos del alma, en palabras de César Vallejo.

15. Vida heroica

Todo esto, ¿no es digno de encomio, gratitud y hasta de reverencia?
De allí que hacemos de Georgette una militante de nuestra causa y una fe a seguir.
Porque Capulí Vallejo y su Tierra es vida heroica. Y toda nobleza como Georgette la tuvo nos convence, conmueve y nos rinde hasta la adoración.
Y a la inversa, nos causa repulsa todo hedonismo y toda complacencia.
Y todo contubernio que se deje guiar por el festín de los placeres y el despilfarro.
Es por eso que erigimos un emblema en nuestras vidas:
¡Georgette de Vallejo! ¡Presente!¡Georgette de Vallejo! ¡Presente!¡Georgette de Vallejo! ¡Presente!